Ser gerente o ser jefe o jefa de familia implica de alguna forma ser un líder y esto es un reflejo de tu capacidad para elegir la mejor forma de responder ante los retos, los problemas, los desafíos y las oportunidades, se trata de que seas capaz de que en la mayoría de estos eventos sea tu lóbulo frontal el que decida cómo responder y que no sea tu cerebro límbico el que lo haga.
Para esto es importante que te conozcas y puedas elegir conscientemente la versión de ti mismo que funcionaría mejor en cada momento, de manera qué evites ser esclavo de las respuestas automáticas que todos tenemos y que no siempre son la mejor opción, lo que quiero decir es que un líder es capaz de salir del modo automático para elegir la mejor forma de responder ante un evento, para empezar a entender cómo lograr esto, me voy a apoyar en los postulados de la Ontología del Lenguaje, para primeramente establecer un modelo de lo qué somos, de lo qué nos constituye, y para que luego, más adelante en otro momento, podamos descubrir cómo podemos elegir que versión de nosotros mismos queremos ser en cada momento.
Al hacer la pregunta ¿Qué Somos?, no me refiero a si somos Homo Sapiens o somos otra cosa, ni estoy hablando de saber si eres una persona extrovertida o si eres sanguíneo o si eres una personalidad tipo supervisor o emprendedor, o a cualquier otra definición de este tipo, estoy hablando de saber cuáles son los elementos que nos constituyen y que mediante su interacción definen en cada momento nuestro comportamiento.
Según la Ontología del Lenguaje, los tres elementos que nos definen son:
Las Emociones
El Lenguaje
El Cuerpo
Los tres están íntimamente entrelazados, son dinámicos y su manifestación en cada momento es lo que te define en ese momento.
Como ser humano, las emociones a las que tienes acceso son; miedo, ira, tristeza, alegría, gratitud, ternura y erotismo, cada una de estas emociones te sirve para algo, ninguna es negativa en si misma, todas tienen sus luces y sus sombras y, por lo tanto, si las vives en el momento apropiado, cumplen su propósito, su luz, pero si te quedas atrapado en una emoción o no eres capaz de vivir alguna de ellas, entonces va a haber circunstancias en las que no vas a funcionar de la mejor manera.
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El lenguaje te permite expresar tus intenciones, y éstas pueden tomar la forma de un pedido, o de una promesa, o de una oferta, o de una afirmación, o de un decreto, también todas estas formas de lenguaje, a las que llamaremos actos lingüísticos, tienen un propósito, y para que lo cumplan se deben utilizar de acuerdo a ciertas reglas, cabe decir, que gran parte de las fallas de comunicación entre las personas se deben a que ignoramos éstas reglas y entonces, decimos una cosa pero nos entienden algo muy diferente.
Y tu cuerpo te permite expresar estabilidad, o flexibilidad, o apertura, o resolución, en este caso hay menos riesgo de confundir el mensaje por la fuerte liga que hay entre las emociones y nuestro cerebro límbico, el cual es el encargado de gestionar en forma automática nuestro cuerpo y por lo tanto de aplicar la expresión corporal que ya tiene pre establecida para cada emoción, pero este aparente punto débil, es lo que lo hace de nuestro cuerpo un excelente medio para salir de la esclavitud de las emociones y tomar el control, sobre esto hablaremos también en otro momento.
Estos elementos; emoción, lenguaje y cuerpo, interactúan en una forma coherente, es decir, si la emoción que me provoca un evento es la emoción de la ira, entonces mi lenguaje sería de decretar o pedir algo y tendría una corporalidad de resolución, no podría ser de otra forma, y es a través de estos tres elementos como definimos a cada momento quienes somos.
Obsérvate y descubre las veces en las que algo te ha alterado y has intentado ocultar el enfado y has dado una respuesta en la que has hecho un pedido con las palabras y forma correctas (lenguaje) pero en el que tu voz, gestos y ademanes (cuerpo) revelan tu verdadera emoción, descubre que en ese momento fuiste algo distinto a lo que creías que estabas siendo, tus emociones, lenguaje y cuerpo juntos, definen qué eres.
Este tema lo volveremos a visitar más adelante ya que es muy importante y hoy solo le dimos un vistazo. Acompáñame en el siguiente Blog, sígueme en mis redes sociales y comparte tus experiencias y opiniones.
Mi nombre es Jesús Peña y mi propósito es ayudar a las Personas y a las Organizaciones a tener los Procesos, la Gestión y las Soluciones que necesitan.
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