El peor enemigo de un Gerente primerizo.
Este enemigo es muy común, prácticamente lo encontramos a donde quiera que vayamos inclusive estando solos, es silencioso, le gusta trabajar en la oscuridad, y es capaz de echar a perder los mejores planes y las mejores intenciones que tengamos.
Tiene dos caras y ambas son letales si no las reconocemos, se sabe mover entre estas dos caras para paralizarnos y hacernos cometer errores graves, es un enemigo que se hace más fuerte con cada éxito que tiene saboteándonos, e irónicamente, mientras más fuerte se hace y más daño nos hace, más caso le hacemos, llegando incluso a extrañar su ausencia, al grado de que, al no sentirlo cerca hablándonos al oído, lo buscamos afanosamente, porque ese enemigo vive en nuestras rutinas y nos da algo que a todos los que vamos por la vida en modo automático nos hace falta, aunque sepamos que el resultado será desastroso para nosotros, nos da la certeza de que estamos recorriendo un camino conocido.
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Este enemigo se alimenta de nuestros temores y miedos ante lo que desconocemos o ante retos para los que creemos que no nos hemos preparado o para los que aún estando preparados, tenemos algún juicio que nos dice que no somos suficientes, o que no lo merecemos, o que no sabemos todo lo que hay que saber, o que nos vamos a poner en una situación en la que nuestros errores van a tener consecuencias graves que nos van a afectar, o que si por la razón que sea, fallamos, vamos a desilusionar a alguien que pesa mucho en nuestras vidas, o que los demás van a pensar que ahora que soy su jefe, los voy a traicionar o a defraudar porque voy a hacer cosas parecidas a las que hacían nuestros jefes anteriores y que tanto criticábamos, en fin, y así una serie de juicios por el estilo.
Las dos caras que tiene este enemigo nuestro que es implacable para sabotearnos, son el temor a lo desconocido y la seguridad que nos da el hacer las cosas que ya sabemos hacer bien. Por un lado tenemos que ahora que somos Gerentes nos enfrentamos a una serie de incógnitas y dudas de cómo organizar y desarrollar a nuestro equipo para dar los resultados que me están pidiendo, y por el otro lado está la seguridad y confianza en nosotros mismos que nos da el saber hacer las cosas que ya dominamos y que conocemos bien, estas 2 caras de nuestro enemigo se complementan y coordinan para impedir que nos convirtamos en verdaderos Gerentes y nos convierten en unos super operadores que estamos obligados a ejecutar las actividades necesarias para obtener los resultados que nos solicitan, todo esto porque no sabemos y sentimos que no tenemos tiempo para aprender a ser Gerentes para delegar y organizar el trabajo, y para retroalimentar y desarrollar a nuestro equipo.
El peor enemigo de un Gerente primerizo es él mismo,
Como ya habrás deducido, el peor enemigo de un Gerente primerizo es él mismo, esto en la medida en la que sus temores y juicios le impiden explorar caminos que lo lleven a empezar a ser Gerente. Para hacer esto se requiere que aprendamos a cuestionarnos y a modificar los juicios que tenemos y que no nos ayudan a crecer, te invito a que incluyas en tus hábitos, el hábito de observarte para conocerte y para crecer, esto no es fácil, requiere de mucha decisión, valentía y constancia porque vamos a ver aspectos de nosotros mismos que no nos van a gustar, es probable que requieras acompañamiento para adquirir este hábito en forma exitosa, espero poderte ayudar con los siguientes blogs de este tema.
Mi propósito es ayudar a las Personas y a las Organizaciones a tener los Procesos, la Gestión y las Soluciones que necesitan.
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